Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.HESSE, Hermann

De vuelta de unas breves vacaciones y con la cabeza mucho más fría la montaña todo lo puede me gustaría repasar brevemente alguno de los incidentes con los que me despedí de algunos de mis alumnos antes de las vacaciones de Semana Santa.
El primero ha sido ámpliamente comentado por Marauder en un post que no tiene desperdicio. Yo por mi parte paso a comentar el segundo incidente que me dejó dicho sea de paso un mal sabor de boca durante el resto del día.

Acababa el segundo trimestre y se entregaban las notas. A buena parte del claustro nos daba la impresión de "dejar las cosas a medias" poniendo únicamente una nota numérica. ¿Qué es un 8 en inglés? ¿Un 8 con respecto a qué?. Dado que en el centro atendemos a jóvenes con una importante historia de fracaso escolar, falta de motivación, etc; así como a alumnado con discapacidades varias en muchos casos con un grado de afectación importante, necesitamos usar una "doble vara de medir" por decirlo de algún modo. No se puede valorar igual el progreso de un alumno con retraso mental severo que el un chaval simplemente asqueado de la escuela y los estudios. Cada cual tiene su handicap, cada uno su referente. Por otra parte, dado que hablamos de los Programas de Garantía Social, que son la última esperanza de formación académica para acceder al mundo laboral, tampoco procede suspenderles por falta de interés si alcanzan los objetivos profesionales propuestos.

Discutido esto largo y tendido en una sesión maratoniana de claustro, decidimos que elaboraríamos un boletín informativo que además de la nota numérica tradicional, incluyese los apartados de: Expresión, Comprensión, Razonamiento, Interés en el trabajo, Esfuerzo por progresar y Seguridad e Higiene. Para cada uno de ellos se haría constar la clave A=Supera los objetivos B=Debe mejorar o C=Falta de interés.

Entregados los boletines se desató el escándolo, debido sobre todo a las numerosas B y C en los apartados "Interés en el trabajo" y "Esfuerzo por progresar" que buena parte del alumnado con buenas notas exhibía. Uno de mis tutorandos, no fue el único, con un 9 en mi asignatura, se encontraba en este caso con B en "Interés en el trabajo" y C en "Esfuerzo por progresar"... montó en cólera.

-¿Como dices que tengo falta de interés por progresar si ya tengo un 9?- argumentaba.
-Porque eres capaz de dar mucho más de ti. Desde el principio de curso has sido bueno. Sin embargo eres igual de bueno ahora que entonces. Has dado lo mínimo para mantenerte en esa nota alta, pero no has dado todo lo que tus capacidades te permiten.
-Porque no me pondrías más nota, o a lo mejor un 10, pero me da igual un 9 que un 10.
-Entonces tal vez debería bajarte la nota, y darte... digamos... un 7, a la espera de que mejores tus actitudes hacia el progreso personal.
-Eso no sería justo porque yo ya soy bueno, ya soy el mejor de clase, soy lo mejor que hay. Me merezco la nota más alta. Y no veo por qué dices que me falta interés por progresar si ya soy tan bueno.

Por muchos años que pase en educación, por muchas veces que tenga esta discusión con uno y mil alumnos, por muchos argumentos que busque; siempre me quedo con una profunda sensación de fracaso personal y profesional cuando llega el momento. Me paso horas hablandoles de lo importante que es "aprender a aprender", les enseño a desarrollar técnicas de desarrollo profesional, predico con el ejemplo. Espero mucho de ellos y sé que pueden darlo. Si les pongo una nota baja porque se conforman con la mediocridad se sienten traicionados y se desmotivan. Si la nota es alta se suben a un pedestal.

Seguiré buscando estrategias pero SÉ positivamente que llegará el tercer trimestre y volverá a ocurrir. Hablamos todos los días y a veces tengo la impresión de que no entendemos ni una sóla palabra.